Lo que las personas con enfermedad cardíaca deben saber sobre las vacunas

Por Michael Merschel, American Heart Association News

shaunl/iStock a través de Getty Images
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En ciertas formas, el vínculo entre los virus, las vacunas y la salud del corazón es sencillo.

Piensa en tu corazón como si fuera una casa, dijo el doctor Jorge Álvarez, un cardiólogo intervencionista en Methodist Cardiology Clinic de San Antonio. "Tienes las paredes de tu casa, que son como las paredes de tu corazón. Tienes las puertas, que son las válvulas. Y también tienes la plomería y la electricidad".

"Un virus puede afectar todos esos aspectos de tu casa", dijo él.

Por eso es estar vacunado contra el COVID-19, la influenza y otras enfermedades es una forma importante en que las personas con enfermedad cardíaca pueden protegerse a sí mismas.

Ese hecho puede perderse en el torbellino de información nueva, para no hablar de la desinformación, que rodea a las vacunas. Ahora que está disponible la vacuna actualizada contra el COVID-19 –que puede administrarse a la misma vez que la vacuna contra la influenza– aquí presentamos más respuestas directas de los expertos sobre lo que las personas con problemas cardiovasculares deben saber acerca de los virus y las vacunas.

Los virus representan riesgos graves cardíacos

Los problemas cardíacos y la infección están vinculados de muchas maneras. Una es la inflamación, dijo la Dra. Saate Shakil, profesora asistente de cardiología en la Universidad de California, San Francisco.

Las enfermedades causadas por diversos virus, como el coronavirus, el de la influenza y el virus respiratorio sincitial, o VRS (también conocido como RSV, por sus siglas en inglés), pueden causar inflamación. Lo mismo puede ocurrir con las enfermedades bacterianas como la neumonía.

Si tienes enfermedad coronaria, el flujo sanguíneo está restringido por arterias llenas de placa. En tales casos, la inflamación podría conducir a ruptura de placas, coágulos sanguíneos y arterias bloqueadas que causan ataques cardíacos o derrame cerebral, dijo Shakil, quien ha estudiado los vínculos entre el COVID-19 y el ataque o derrame cerebral.

Otras investigaciones han mostrado:

– Problemas como ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca (la incapacidad del corazón para bombear correctamente) ocurren en aproximadamente el 20% de los adultos hospitalizados con VRS, según un estudio del 2018 en la revista médica Journal of the American College of Cardiology.

– El COVID-19 está vinculado a un mayor riesgo de latidos cardíacos irregulares, insuficiencia cardíaca y enfermedad coronaria. En un estudio publicado en el 2021 en la revista The Lancet, el COVID-19 fue relacionado con un riesgo de tres a ocho veces mayor de sufrir un ataque cardíaco y de tres a siete veces mayor de tener un ataque o derrame cerebral.

– El riesgo de un ataque cardíaco puede ser hasta seis veces mayor en la semana después de un diagnóstico con influenza, según un estudio publicado en el 2018 en la revista New England Journal of Medicine.

Un virus no tiene que atacar directamente al corazón para ponerlo en peligro, dijo Shakil. Alguien con neumonía podría tener problemas para respirar, lo que hace que el corazón se esfuerce.

Mientras tanto, dijo Álvarez, una fiebre alta causada por una infección en ocasiones puede ser conducente a problemas en el ritmo cardíaco en ciertas personas.

Las vacunas protegen contra esos riesgos

Álvarez compara los problemas cardiovasculares a una fogata. En su analogía, el colesterol, que causa la placa arterial, es como un creciente amontonamiento de leña. La inflamación es el líquido inflamable. Una infección viral o bacteriana es el fósforo o cerillo que lo desencadena todo.

Una vacuna, dijo él, es como una cubeta de agua para ese fósforo, y detiene todo el proceso.

Una carta de investigación publicada en febrero en la revista JACC encontró que entre más de 1.9 millones de personas infectadas con el coronavirus, la vacunación estuvo relacionada con un menor riesgo de ataques cardíacos, ataques o derrames cerebrales y otros eventos cardiovasculares.

Por su parte, la vacunación contra la influenza está relacionada con un riesgo menor de derrame cerebral. En un análisis publicado en la revista médica Journal of the American Heart Association en el 2021, la vacunación contra la influenza también estuvo relacionada con una probabilidad 18% menor de muerte debido a problemas cardiovasculares y con una probabilidad 25% menor de muerte por cualquier causa.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, o CDC, por sus siglas en inglés, dicen que las personas que tienen enfermedad cardíaca o que tuvieron un derrame cerebral deben hablar con su equipo de cuidado de la salud acerca de las vacunas contra el COVID-19, la influenza y las enfermedades neumocócicas, como neumonía y meningitis. También deben estar al día con la vacuna Tdap, que protege contra tétanos, difteria y tos ferina.

Los CDC asimismo recomiendan que los adultos mayores de 60 años pregunten acerca de la nueva vacuna contra el VRS.

Un profesional de la salud puede aconsejar sobre otras vacunas y sobre si se deben evitar ciertas formulaciones. Por ejemplo, los CDC dicen que las personas embarazadas, las que tienen sistemas inmunológicos debilitados o las que superan los 50 años no deben recibir la vacuna contra la influenza en atomizador nasal, que es una vacuna que se basa en virus vivo. "No es que no se puedan vacunar", dijo Shakil. "Es solo que el tipo de vacuna tiene que estar adaptada para ellos".

Los riesgos de la vacunación son reales, pero los beneficios tienen mucho más peso

Las vacunas pueden tener efectos secundarios. Por ejemplo, la vacuna contra el COVID-19 ha estado vinculada a casos raros de miocarditis y pericarditis, que son tipos de inflamación del corazón.

Esto tiene que examinarse dentro de su contexto, dijo el Dr. Gregory Piazza, director de medicina vascular en el Brigham and Women's Hospital, en Boston.

"De lo que estamos hablando acerca de los riesgos de la vacuna son eventos muy poco frecuentes", dijo Piazza, quien es también profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. "Y pones eso en la balanza contra la gran cantidad de beneficios que recibes" al reducir la gravedad del COVID-19 y las probabilidades de resultar hospitalizado o de tener una complicación cardiovascular.

"Esos son beneficios reales y tangibles", dijo él.

Piazza, quien diseñó y supervisa un gran estudio a nivel nacional de pacientes con COVID-19, dijo que el alcance de efectos secundarios graves "es muy pequeño. Muy, muy pequeño". Por ejemplo, algunas personas vacunadas han tenido problemas con coágulos sanguíneos.

"Pero muchas personas tienen problemas con coágulos sanguíneos si están hospitalizadas debido al COVID-19", dijo Piazza. Un estudio realizado en Inglaterra, publicado en la revista Circulation en 2022, encontró 10,500 más casos de coágulos sanguíneos peligrosos entre 1.4 millones de pacientes con COVID-19 de los que cabría esperar sin COVID-19.

Cuando los pacientes de Álvarez expresan preocupaciones por los riesgos de la vacuna, él señala que el riesgo de estar involucrado en un accidente vehicular grave en camino a su consultorio –un riesgo que todos parecen tomar de buena gana– es mayor que el riesgo de una reacción grave a la vacuna.

"Las vacunas son seguras y eficaces, y ayudan a salvar vidas", dijo él.

Shakil dijo que sus pacientes a menudo le han preguntado acerca de la seguridad de la vacuna, así que ella examinó el historial de cada paciente en busca de riesgos. "Atiendo a muchos pacientes, y pienso que no hubo siquiera un solo paciente al que le revisáramos sus datos y consideráramos que era riesgoso que recibiera la vacuna. En todo caso, habría sido más riesgoso para el paciente contraer el COVID y no haber estado inmunizado".

Las vacunas no son perfectas

A pesar de sus beneficios en general, las vacunas contra el COVID-19 y la influenza no detienen todas las infecciones. Esto no significa que no funcionan, dijo Álvarez.

Para él, la vacuna es como ayudar a tu sistema inmunológico a estudiar para un examen –puede que no obtenga 100 puntos, pero va a conseguir una calificación mucho más alta que la de alguien que no estudió en lo absoluto.

No tienes que solucionar esto solo

¿Estás preocupado o confundido acerca de cuáles vacunas necesitas? Está bien interrogar a tu cardiólogo o médico de atención primaria, dijo Álvarez.

Pídeles que expliquen sus razonamientos, y entonces mantén tu mente abierta sobre lo que dicen. "Debe haber cierta reflexión y cierto debate detrás de algunas de estas cosas", dijo él.

No hay preguntas tontas, dijo Shakil. "Lo peor que podría suceder es que salgas con más información de la que tenías cuando entraste".

Para encontrar lugares que proporcionan vacunas contra el COVID-19 y la influenza, visita el sitio web federal vacunas.gov o llama al 800-232-0233.


Artículos de la American Heart Association News

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